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Artículos sobre: Ajo

Uno de los productos del reino vegetal de uso más antiguo es el ajo (Allium sativum), una hortaliza proveniente de una planta perenne bulbosa que alcanza hasta 60 centímetros de altura. Este bulbo suele ser redondo y está formado por 5-15 bulbillos, a los que se llama coloquialmente diente, y todo esto se encuentra envuelto en una capa delgada de color ligeramente rosado. Esta hortaliza, originaria de Asia, pertenece al mismo género de la cebolla y, al igual que esta, es muy apreciada en la cocina, tanto así, que se considera imprescindible para condimentar diversos platos. Pero el ajo es mucho más que un condimento, y es que, ya en la antigua Grecia, el padre de la medicina moderna, Hipócrates, lo utilizaba para el tratamiento de distintas enfermedades. Hoy en día, su uso a nivel culinario y medicinal se ha expandido ampliamente a nivel mundial. De hecho en España se le considera un ingrediente ineludible, capaz de convertir un plato simple en una gran exquisitez. 

Por eso comprar fruta y verdura siempre es una buena opción.

Cómo Conservar los Ajos

Cómo Conservar los Ajos

¿Quién no ha incluido el ajo en sus recetas? Esta especie es una de las más populares de la gastronomía y no es para menos, pues a pesar de que su...

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El ajo, principalmente se destaca por su contenido calórico, no obstante, su aporte es casi despreciable, ya que con muy pocas cantidades se consigue añadir aroma y sabor a las comidas. Ahora bien, a pesar de ser casi imprescindible como condimento y aromatizante de numerosos platos, el ajo no se destaca por un gran valor nutricional, y sobre todo, si consideramos que su uso se hace en pocas proporciones. Aun así, esto no resta importancia a su utilidad en la cocina. El ajo se compone mayoritariamente de agua, fibra e hidratos de carbono y, en menor proporción, contiene grasas, proteínas, minerales, vitamina C, B1, B2 y algunas trazas de vitamina A.  

Su importancia nutricional reside en los micronutrientes que aporta: sodio, fósforo, magnesio y potasio; minerales clave en la alimentación, especialmente, en la dieta de deportistas o de quienes se ejercitan constantemente. En el ajo también se concentran compuestos aromáticos azufrados que proporcionan propiedades significativas responsables, no solo de su particular sabor y aroma, sino de sus increíbles beneficios para la salud en general.

Entre sus usos en la cocina, el ajo se destaca por aportar un toque especial de olor y gusto a miles de recetas, resultando un ingrediente esencial en muchos países para la elaboración de típicos platos y un sinfín de salsas. Pero su uso también se ha intensificado en la medicina tradicional para tratar la tos, problemas pulmonares, tuberculosis, gastroenteritis, gripe, resfriados comunes y disentería. Para la medicina alternativa (como la ayurvédica), la planta de ajo es rejuvenecedora, desintoxicante y afrodisíaca. Asimismo, al ajo se le atribuyen propiedades antiinfecciosas y antiinflamatorias, y suele recomendarse en  casos de acné, picaduras de insectos, infecciones causadas por hongos y para tratar cicatrices. Del mismo modo, muchos estudios sugieren que consumir ajo reduce los riesgos de padecer enfermedades cancerígenas.

También existen diferentes tipos de ajos, entre estos el más común es el ajo blanco, se trata de una variedad que suele tener más dientes de ajo (carnosos) en comparación con otros tipos. Se encuentra también el ajo morado, y tal como su nombre lo indica, es un ajo de cubierta morada. Este tipo de ajo, aunque suele ser un poco más grande, madura antes que el ajo blanco y se conserva por menos tiempo. Además se encuentran los ajetes o ajos tiernos, a estos se les conoce como la versión light de los ajos. Estos ajos se cogen antes de que el bulbo crezca, son pequeños y su color y sabor es menos pronunciado. Ahora bien, independientemente del tipo de ajo que se tenga, para conservarlos existen algunas técnicas, podemos reservarlos pelados y congelados, encurtidos, asados o deshidratados. En la cocina, los ajos blancos y morados suelen utilizarse en guisos, mientras que los ajetes son más propios para preparar tortillas o revueltos.

Además de su importancia en la gastronomía, el ajo se considera un buen complemento para el tratamiento de muchas infecciones, afecciones cardiovasculares y trastornos metabólicos. Gracias a la presencia de alicina (un compuesto azufrado de coloración amarillento de fuerte olor, y el responsable del espectacular aroma del ajo), se le atribuyen al ajo propiedades como vasodilatador, lo que favorece el control del nivel de colesterol y glucosa en sangre, la regulación de la hipertensión y la reducción de los riesgos de sufrir enfermedades cardíacas.

El ajo también posee propiedades antiagregantes, de modo que evita la aparición de trombos sanguíneos y favorece la circulación de la sangre. Se le considera un alimento excelente para personas con problemas de circulación y con tendencia a formar trombos o embolias. Adicionalmente, el ajo es antiséptico, bactericida, diurético y virucida, muy eficaz para tratar infecciones, evitar la retención de líquidos y eliminar verrugas. Igualmente, el ajo es rico en Yodo, de modo que es muy utilizado en casos de hipotiroidismo.

Entre tantos beneficios culinarios y medicinales, no podemos dejar de decirte que el ajo ayuda a prevenir los efectos debilitantes del envejecimiento, así como ciertas cardiopatías y otros trastornos vinculados con la edad. Hay incluso especialistas que sostienen que consumir un ajo crudo al día, aumenta la longevidad.

Pese a que es posible que el olor del ajo te resulte intenso y desagradable, esto no es un impedimento para aliñar carnes, salsas… Sin duda, el ajo otorga un toque especial a muchas comidas, sin embargo, cuando sientas que el olor se ha apoderado de tu aliento, aunque no existe un remedio infalible, se recomienda masticar durante un rato hojas de menta o de perejil. 

En definitiva, el ajo es un bulbo de fuerte aroma con propiedades culinarias y medicinales increíbles. Propiedades que pueden aprovecharse para mejorar muchas preparaciones culinarias o como complemento para tratar algunos trastornos de salud. 

 

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