Ensaladilla Rusa

Esta vez nos hemos decantado por un clásico de la cocina que siempre es una buena opción para deleitar a tus invitados. Tirando de repertorio veraniego aparece en un lugar de honor la ensaladilla rusa. Es servida como tapa en bares y chiringuitos, y consumida en sus diferentes versiones a lo largo y ancho de la geografía peninsular e insular.

¿Pero a qué debe su nombre? ¿Cuál es su origen? Pues la verdad es que es algo confuso. Ciertas teorías sitúan los precedentes de la ensaladilla rusa en un plato que formaba parte de la carta del Hermitage, un restaurante con idéntico nombre que el del famoso museo y que abrió sus puertas durante la segunda mitad del siglo XIX en Moscú. Lo regentaba un refinado chef belga de antecedentes franceses: Lucien Oliver. Entre sus innovadoras propuestas figuraba esta, que acabó adoptando el nombre del lugar.

La Revolución Rusa llegó unas décadas después, y despojó a la receta original de ingredientes ostentosos, que estaban solo al alcance de los más pudientes (caviar, marisco, perdiz…) para dejarla en componentes menos caros. Nos referimos al jamón cocido, la zanahoria, los guisantes, el atún o las patatas. Muchos de ellos puedes encontrarlos en nuestra tienda de fruta y verdura online.

Esta es la historia que atribuye al cocinero afincado en Rusia la creación de la ensalada que ha dado la vuelta al mundo.

¿Pero es realmente ese el punto de partida de la ensaladilla rusa? Si hemos de hacer caso a los expertos, no. Parece que la ensaladilla de Lucien Oliver es la modificación de otras anteriores. De hecho, hay constancia de que en España se consumía una ensalada muy similar antes de que el gastrónomo belga la incluyera en la carta del Hermitage.

Entonces, ¿por qué la llamamos ensaladilla rusa? Tal vez se deba a la fama que alcanzó el plato en aquel país, o a que originalmente contara con ingredientes originales de allí. Lo importante es que, al margen de nomenclaturas, el plato es un auténtico éxito culinario. Sobre todo cuando aprieta el calor.

Por eso hoy te ofrecemos una receta de ensaladilla rusa, siempre reconociendo que habrá tantas variantes como cocineros la preparan.

Lista de la Compra para Preparar Ensaladilla Rusa

Esta lista de la compra es de sobra conocida: zanahorias guisantes atún… aun así, te recordamos las cantidades a continuación. Aprovechamos también para repetirte la importancia de comprar patatas de calidad para que el resultado sea inmejorable.

• 1 kg de patatas
• 4 huevos
• 1 zanahoria
• 160-200 g de atún (unas 2 latas)
• 200 g de guisantes 
• 600 g de mayonesa
• Aceitunas
• Pimientos del piquillo
• Sal

Preparación de la receta Ensaladilla rusa

En realidad, cada uno puede incorporar a la receta de ensaladilla rusa los ingredientes que prefiera, ya que la lista de posibilidades es extensa: pollo, jamón, pepinillos, palitos de cangrejo…

Pese a ello, nosotros proponemos los elementos para una ensaladilla rusa tradicional.

Usaremos guisantes congelados, pero elaboraremos nosotros mismos una mayonesa casera. Este es un elemento clave, y considerando que apenas requiere ni mucho tiempo ni un gran esfuerzo, preferimos hacerla casera. Lo hacemos así porque creemos firmemente que el cambio de la mayonesa casera con respecto a la mayonesa elaborada industrialmente es significativo.

Cada ingrediente de esta receta de ensaladilla rusa tiene puntos de cocción distintos, por lo que proponemos hacerlo por separado.

El plato de ensaladilla aporta unas 290 calorías por cada 100 g, por lo que nos parece una excelente opción para cuidar la dieta.

A continuación te presentamos los pasos a seguir.

Primer paso: 

En este primer paso de la receta de ensaladilla rusa nos dedicaremos a la preparación de la mayonesa casera. Para hacerla puedes elegir aceite de oliva o aceite de girasol. Este último será más suave.

Una vez escogido, pon en el vaso de la batidora huevo, aceite y una pizca de sal. Apoya el brazo de la batidora en el fondo y bate. La salsa empezará a cuajar. Ve añadiendo el vinagre y unas gotitas de zumo de limón.

Una vez terminado, guarda en frío la salsa de mayonesa.

Queremos advertirte de que conviene ser equilibrado a la hora de mezclar la mayonesa con los otros componentes. Ni mucha mayonesa ni poca. La cantidad debe ser la justa para ligar los ingredientes. También es importante la cuestión de la temperatura. Probablemente lo más acertado sea un punto medio: templada, ni muy fría ni caliente.

Y, hablando de mayonesas, queremos recomendarte también que prepares esta mayonesa de aguacate. Está para chuparse los dedos.

Segundo paso:

Empezamos cociendo los huevos: pon en un recipiente agua y llévala a ebullición. Cuando hierva, coloca los huevos y mantenlos unos 11 minutos.

Transcurrido ese tiempo, apártalos y sitúalos bajo el grifo con agua fría antes de quitarles la cáscara. Dales unos golpecitos con un utensilio para poder empezar a separarla del huevo cocido.

Ahora cocemos las zanahorias. Cortamos las zanahorias en daditos y las cocemos en agua ligeramente salada durante unos 20 minutos. Una vez tierna, escurrimos y las reservamos.

Vamos con las patatas:

Pela las patatas. Córtalas en daditos e introdúcelas en otra cazuela con una pizca de sal. El tiempo variará en función del tamaño. Rondará los 20 minutos. En cualquier caso, ve vigilando la cocción y pínchalas con un tenedor para comprobar si están tiernas. Cuando ya tengas las patatas cocidas, escúrrelas y resérvalas.

Por último, cocemos los guisantes. Emplea otro recipiente con agua y añade un chorrito de aceite de oliva y un poco de sal. Si son congelados, quizá un par de minutos basten.

Tercer paso:

En una fuente grande pon la patata y la zanahoria cortada en dados. Acto seguido añade los huevos. Lo habitual es agregar la clara partida y la yema rallada para decorar la ensaladilla, pero naturalmente tienes la opción de trocear el huevo cocido entero.

Incorporamos los guisantes, el atún bien escurrido y la mayonesa casera. Mezclamos con cuidado a fin de no romper demasiado las verduras. Por encima colocamos aceitunas y pimientos del piquillo.

Las presentaciones de la ensaladilla rusa son también de lo más diverso. Puedes utilizar moldes para darle la forma que prefieras.

Deja reposar la ensaladilla rusa en el frigorífico a lo largo de la noche. Así adquirirá más sabor y firmeza.

Hay quienes reemplazan parte de la mayonesa casera por yogur o queso de untar light con el propósito de lograr una ensaladilla ligera. También tienes esa opción.

¡Ya está tu ensaladilla lista! Si te quedan ganas de seguir en la cocina, atento/a a esta otra recomendación: tortilla de berenjena.

La ensaladilla rusa es uno de esos platos que cumplen ese dicho de que cada maestrillo tiene su librillo. Por ejemplo, muchos cocineros aconsejan cortar las patatas y zanahorias en dados tras la cocción para que no se deshagan durante la misma.

Es igualmente importante la elección de la patata. Las variedades Kennebec, Monalisa, Bufet, Red Pontiac… se cuecen bien. La Red Pontiac es la que mejor aguanta la refrigeración una vez cocinada.

Por otra parte, si entre los comensales hay alguien alérgico al huevo, puedes preparar una mayonesa solo con leche y aceite (lo que conocemos como lactonesa).

Este último ingrediente también te servirá en la preparación del cardo con almendras, otra receta riquísima y saludable.

Una vez dicho esto, y aunque a nosotros nos encanta esta receta tradicional para consumirla así como es, lo cierto es que no tiene por qué consumirse exclusivamente tal cual. Las recetas que la aprovechan son numerosas: brazo de gitano relleno, con gambas, pasta brick…

Como ves, una de las grandes cualidades de la ensaladilla rusa es que es extraordinariamente versátil. Puede servir como tapa, como aperitivo, como plato principal, como guarnición de otro… se hace difícil pensar en una elaboración más deliciosa, sencilla y agradecida. ¿No crees?